Este artículo es la continuación del de la semana pasada en el que os hablamos de los productos de higiene personal que hemos incorporado en nuestra versión de vida más low waste. Si aún no lo has leído clica aqui

Descubre qué alternativas hemos encontrado para los productos convencionales con los que hemos ya crecido:

  1. Desodorante. Este punto es largo y complejo ya que todos tenemos pieles, tipos de sudor y microbiotas cutáneas distintas (éstas son las que dan olor a nuestro sudor). Hace años se introdujeron los anti-transpirantes a esta industria que tienen en sus ingredientes sales de aluminio que impiden la transpiración, las cuales bloquearían la excreción de toxinas, natural cuando transpiramos. Mucho se ha postulado acerca de los prejuicios que esto podría tener en nuestra salud pero hasta el momento no han habido estudios que lo puedan respaldar. Así que, la evidencia científica que disponemos actualmente es de que no sabemos si tiene o no consecuencias en nuestra salud, por tanto, cada uno puede valorar si quiere o no tomar el riesgo en función de que tanto le moleste su sudor. En realidad nuestro sudor no tiene olor pero las bacterias que habitan nuestra piel le terminan dando un odor característico y por eso todos tenemos odores distintos. Así que la mayoria de desodorantes, no anti-transpirantes tienen ingredientes antibacterianos en sus fórmulas con el objetivo de controlar estas juguetonas bacterias. Estas son las opciones low waste que nos hemos ido encontrando:
    1. Nada. Si tienes la suerte de ser como Aldo que se puede dar a este lujo y no oler, adelante, pero los comunes mortales como Sara necesitamos alguna opción.
    2. Desodorante en crema en tarro de vidrio. Esta es la única opción que he probado de momento ya que hace 1 año cuando nos adentramos al zero waste aún me quedaban desodorantes convencionales y ahora llevo unos 5 meses usando uno de la marca Clémence & Vivien. Mi experiencia no ha sido nada buena al principio pero veo que mi piel se va acostumbrando y ahora me dura unas 5-6h com buen olor pero más allá de eso ya empieza a oler. Así que de momento hago un lavado y reaplicación a medio día o los días de más prisa reaplicarlo antes de empezar a oler y con eso aguanta acceptablemente hasta final de día. Probablemente siga probando otras opciones cuando acabe mi tarrito.
    3. Desodorante en barra en envase de cartón reciclado. La mayoría está hecha a base de bicarbonato, almidón, arcilla, aceites vegetales y naturales como coco, karité y girasol y aceites esenciales para dar fragrancia. Este envase tiene la ventaja que es más fácil de reciclar que el de vidrio tanto económica como energéticamente y al final de tu vida no puedes dar tantos usos a tarritos de vidrio y algunos tendrás que tirar para reciclar. Hemos encontrado de las marcas Ben&Anna (Alemania) , ‘Ku.tis (UK)  y Banbu (España) y también los handmade de Adela Valentín.
    4. Piedra de alumbre. Este es un cristal que existe de forma natural en muchas partes del mundo. Pero como podéis adivinar por su nombre tiene los mismos sales de aluminio que mencionamos antes, que se desprenden sobre la piel. Su modo de uso sería mojarla un poco y pasarla directamente sobre la piel. Es una opción muy sostenible ya que te dura alrededor de 1 año, pero cuidado dice quien la ha usado que se puede romper facilmente, especialmente problemático de viaje.
    5. Aceite esencial de lavanda. Este es de los pocos aceites esenciales que se pueden aplicar directamente sobre la piel. La lavanda tiene propiedades antibacterianas. Quién lo usa aplica unas gotitas directamente en la axila.
    6. Bicarbonato de sodio. Algunas personas aplican directamente un poco de bicarbonato sobre la piel y nos juran por su eficacia. Una opción muy zero waste especialmente si lo compras a granel con tu proprio tarro. Nosotros lo encontramos en Grans de La TerraYes FutureEl GibrellLa gota de Sant Antoni.
    7. Recetas DIY. Hay varias por la web pero como aún no nos hemos lanzado en este campo no podríamos recomendar ninguna receta en especifico. Lo que sí, la mayoría parece coincidir con aceite de coco, bicarbonato y arcilla como bases.
  2. Maquinilla. De momento aún uso mi Venus de Gilette, cada cabezal me suele durar 1 año. En los envases de recargas vienen 3-4. De momento tengo para 2 años así que es la opción que seguiré usando de momento. Cuando los acabe probablemente me pase a las maquinillas de metal com láminas cambiables de este estilo.
  3. Crema de afeitar. Aldo usa maquina para aparar la barba y Sara maquinilla para piernas. Al principio de nuestra aventura  en el zero waste cometí (Sara) el error de principiante de comprar una crema de afeitar en Lush en envase retornable. Pero la verdad me he      ido dando cuenta que con una pastilla de jabón con base de aceite de oliva o coco que uses para ducharte es perfecto y no necesitas más productos.
  4. Crema hidratante. En este campo también hay distintas opciones. Nosotros la verdad que aún estamos gastando las que teníamos y probablemente aún nos quede 1 año para que tengamos que comprar otra. Una muy buena opción son los aceites y si son de cercanía mejor, como lo es el de almendras dulces. Recomendamos comprarlo en envases grandes o a granel si puedes como en Vom Fass. Otra opción son las mantecas corporales sólidas. Hemos encontrado las marcas Jazmín & Azahar con puntos de venta en varias ciudades españolas, Enjabonarte y Ecoeko.
  5. Exfoliante. De momento lo mismo que la crema, aún estoy usando uno de cosmética convencional com cáscara de coco como agente exfoliante. Lo uso cada 2-3 semanas así que me dura mucho y no siento que mi piel lo necesite más a menudo. Cuando lo termine creo que la opción será hacer receta DIY a base de aceite de coco, café y azúcar (pasaré receta) o usar una luffa. Cuando fuimos a México, la última vez, compramos en el mercado de Oaxaca (ciudad natal de Aldo) una pieza grande entera, con eso podemos ir cortando para hacer estropajos para lavar platos y esponjas para la ducha. La luffa es una planta parecida al calabacín que se abre y se deja secar y sus fibras se pueden usar de esta manera. En España la mayoría vienen de Galicia, así que si vives por esta zona quizás puedas comprarlas directamente al productor. En otros puntos del país ya no se encuentran en mercados así como la compramos en México donde aún es muy común verlas. Si no tienes esa opción, tendrías que comprarlas ya cortadas y preparadas que sale más caro, obviamente, pero aún así compensa mucho.
  6. Papel higiénico. Este es un clásico ejemplo de producto que realmente no necesitamos. El gasto de energía y agua para producir papel higiénico es centenas de veces superior al consumo que implica usar agua para lavarte. 

Cómo hacemos en casa:

a. Hemos empezado por sustituir el papel higiénico convencional comprado en el supermercado envuelto en plástico y que usa lejías y otros químicos contaminantes en su producción por PAPEL HIGIÉNICO de papel reciclado en venta a granel. Hay varias tiendas de barrio que los venden y el precio suele rondar 0,55 a 0,65 cada rollo. Lo que es bastante más caro que el papel convencional. Así que pronto nos dimos cuenta que la solución era sencilla, dejar de usar el papel y pasarnos al agua. Tenemos sólo unos pocos de estos rollos para cuando vienen visitas a casa.

b. Bidé. Afortunadamente nuestro piso viene con este magnífico aparato. Yo (Sara), como portuguesa que siempre crecí en casas con bidé, sabía como usarlo, pero por alguna razón había perdido esa costumbre que no fue nada difícil recuperar. Aldo no había crecido con él pero en cuanto le enseñé los truquitos no fue difícil quererle.

       i. Un punto que me parece esencial es tener un toallero al lado y tener tus toallas de bidé (son toallas normales de formato pequeño). Para los escépticos que les da asco explico, después de bien limpio con agua y jabón te secas con esta toalla igual que lo harías después de la ducha. Así siempre estarás limpio, mucho más que con el papel.

       ii. Otra cosa importante es la postura. Aquí encontrarás 2 grandes grupos que podrían tener discusiones reñidas. Te puedes sentar en el bidé de espaldas al grifo o de frente. Yo soy del equipo de darle las espaldas, te recomiendo que pruebes las dos, lo investigues y te quedes con la que te sea más cómoda. 

c. Ducha. En caso de que tu baño no tenga bidé ni espacio para ponerlo es una buena solución. Hay de diferentes tipos, incorporadas o no a la tapa del inodoro. Como no lo usamos no podemos dar una opinión muy detallada. Sólo que lo probamos en Asia, personalmente no me resultó tan cómodo como un bidé pero seguramente sea cuestión de acostumbrarse. Hay muchas opciones en el mercado, te pasamos estas que encontramos en La RocaLeroy Merlin y Amazon.

Cómo hacerlo cuando no estás en casa:

a. Usar papel del baño público donde estés. De momento es lo que hacemos aún. Pero la intención en el futuro es hacer el punto c.

b. Llevar tu propio papel de rollo de papel reciclado sin lejías. Que sería una solución intermedia.

c. Usar “toallitas” de tela reutilizada (por ejemplo de camisetas viejas), la puedes cortar en cuadritos y transportarlas dentro de bolsas de silicona reutilizables tipo Stasher.

Esperamos que podáis probar alguna de estas opciones y que os sean útiles. Recordad siempre que cada gesto cuenta y suma y aunque no estés aún al completo en el zero waste cada envase menos que compres cuenta y hace diferencia. Hagamos que #juliosinplasticos dure todo el año.

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