El asesinato de George Floyd a las manos de la policía en EEUU ha reactivado el debate acerca del racismo en todo el mundo gracias al movimiento Black Lives Matter (BLM). Aunque esta semana teníamos preparado otro artículo nos parece que no haría sentido saltarse este tema.
Después de llevar las últimas semanas leyendo, escuchando podcasts y videos en instagram acerca del racismo, me hago la pregunta del por qué no me había planteado escribir un artículo abordando esta temática antes. Claramente no lo había puesto en mi lista de prioridades y si no fuese por este trágico suceso, no estaría ahora escribiendo estas palabras. ¿Y por qué no estaba en mi lista de prioridades hasta el momento? Aquí es cuando tengo que reconocer mi privilegio de persona blanca nacida en un país post-colonialista viviendo las consecuencias de un pasado y presente racista, reconocer que no lo sufro, no sufro una descriminación sistemática por unas características físicas y culturales que son parte inherente a mi persona. Y por eso es que no lo había puesto en mi lista de temas a escribir.
No es que nunca haya pensado en el tema del racismo, porque sí lo he pensado muchas veces y mi opinión ha ido cambiando. Ahora, a los 30 años tengo una visión totalmente distinta de los 15 cuando pensaba que no discriminar a alguien por el color de su piel era suficiente para considerarme no racista y, por consiguiente, Portugal (mi país de origen) se había liberado de los grilletes del racismo que un día puso en las personas a las que esclavizó.
Durante los últimos 15 años de mi vida me he ido dando cuenta de que no era esa la realidad que vivían las personas negras, poco a poco he ido notando mis privilegios y de que no todos los tienen. Todos podemos sufrir algún tipo de discriminación o marginalización en los grupos en los que nos movemos ya sea por ser mujeres, comunidad LGBTQ+, “no blancos” o tan sencillamente por ser altos, bajos, gordos, delgados o lo que sea. Pero hay una gran diferencia entre que un grupo de personas te hagan bullying por alguna característica tuya, a que la sociedad en la que vivas se base en una desigualdad política sistemática que te desfavorece por tus características. Es por eso que una persona blanca nunca puede sufrir racismo por parte de una persona negra porque no hay una base sistemática debajo de esa discriminación, así que muy importante no hablar de “racismo al revés” ya que esto no existe. De la misma manera que los hombres no pueden sufrir discriminación por su género ya que han sido en género opresor hasta el momento actual. De la misma manera que una persona cis-heterosexual no puede sufrir discriminación por su orientación sexual.
Ahora piensa que estas discriminaciones sistemáticas de la sociedad casi global en la que vivimos (producto de una colonización e imperialismo eurocentristas fruto de siglos de opresión), se van sumando. O sea, yo puedo entender el sufrimiento de una mujer blanca a manos del machismo pero no lograré nunca entender el de una mujer negra a manos del racismo y del machismo o el de una mujer trans negra como Marsha Johnson, considerada como una de las activistas más importantes en los enfrentamientos con la policía durante los disturbios de Stonewall.
Pero el hecho de que no pueda vivirlo y por lo tanto entenderlo en su totalidad no quita que pueda usar mi capacidad de empatía y de dar voz y visibilidad a quien lo vive en su piel. Esto me lleva al punto que me hizo escribir este artículo hoy. Durante mis 15 años de descubierta de que realmente el racismo aún existe y está muy enraizado en nuestras sociedades eurocentristas, me he centrado en corregirme a mí en mis propios macro y micro racismos, “peleandome” para cometerlos cada vez menos a menudo, pero no he sido una buena aliada.
Estas 2 últimas semanas me he dado cuenta que las personas negras necesitan a las personas blancas como aliadas activas en esta lucha. No basta con no decir ni actuar de forma racista hay que combatirlo de forma activa, hablando del tema y ayudándonos a corregirnos, creando así una ola humana moviéndose hacia un futuro no racista. Así que nos toca usar nuestras plataformas online (tengamos muchos o pocos seguidores) y nuestras plataformas físicas en nuestro entorno de familiares y amigos. Cualquier cambio social en la historia empieza por el oprimido expresándose, alzando la voz y denunciando que no es correcta la manera como le trata el opresor, pero siempre necesita la ayuda del opresor para romperlo de dentro hacia fuera, exactamente lo mismo que pasa en el feminismo en el que necesitamos los hombres como aliados.
¿Entonces, que unen racismo y sustentabilidad en una misma orden problemática?
Para iniciar este punto necesitamos entender la pirámide de Maslow. Esta es una teoría de motivación que trata de explicar qué impulsa la conducta humana. La pirámide consta de cinco niveles que están ordenados jerárquicamente según las necesidades humanas que atraviesan todas las personas. En el nivel más bajo de la pirámide se encuentran nuestras necesidades más básicas, como alimentarse o respirar. Cuando satisfacemos esas necesidades primarias, estamos rellenando la base de la pirámide, y sólo al cubrir esas necesidades podemos subir al siguiente nivel, donde se encuentran las necesidades secundarias y, más arriba, las necesidades terciarias.

Imagen vía www.universia.net.mx
Desafortunadamente las personas no blancas aún tienen que preocuparse mucho más con el nivel 2 de seguridad, y los sucesos de las últimas semanas que han dado paso de nuevo al debate racial son prueba de que las personas negras tienen razones para temer más por su vida ya que el sistema no las protege de una forma más constante. Esto hace que no puedan avanzar a preocupaciones de nivel 3, 4, y 5. Y, aunque sean personas no blancas que ya sea por su situación económica o social más favorecida o porque vivan en regiones menos violentas en general, aún así siguen teniendo que preocuparse por la seguridad y por injusticias sociales que viven.
La preocupación por el medio ambiente y el equilibrio de los ecosistemas ocuparía un nivel 3 real, pero como muchas veces los humanos optamos por no ver los problemas que están debajo de nuestras narices podemos también colocarlo en un nivel 5, ya que muchas veces cuando nos unimos al movimiento lo hacemos desde un punto de autorrealización de sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestro estilo de vida.
Hay una frase de Anne-Marie Bonneau que se ha hecho viral últimamente en el mundo del zero waste, que se podría traducir como “No necesitamos unas pocas personas haciendo zero waste de forma perfecta, necesitamos millones de personas haciéndolo de forma imperfecta”.
Entonces, para un futuro con un planeta más equilibrado en el que las personas se preocupen más con su huella y la gestión de sus residuos, necesitamos mayor igualdad y justicia social para que podamos tener más aliados que hayan satisfecho sus niveles 1, 2, 3, 4 y con ello poder preocuparse y ocuparse de asuntos de nivel 5.
Así que, en el momento actual las personas blancas recibimos un llamamiento para que nos ocupemos y aliemos a la lucha antirracista y con ello liberar a personas que puedan ocuparse de la sustentabilidad y cuidar a nuestra querida Tierra.
Algunas cuentas de Instagram de activistas y negocios propiedad de personas negras en español y portugués