Es difícil saber si vendrán tiempos de confinamiento nuevamente. Yo apostaría por que no vuelva a pasar. Quisiera que esa supuesta vacuna rusa sea real y que funcione, tan solo por el hecho de que cambiará la sensación general de peligro en la salud de la población mundial.
De cualquier manera, en caso de que venga otra pandemia y otro confinamiento, ya no me viene de sorpresa y aquí quiero dejar mis reflexiones y lecciones que me he llevado durante estos tres meses y el par de desconfinamiento reducido. Los que hemos vivido esto, solo podemos salir más fuertes de la siguiente pandemia mundial.
En el plano económico
Dejando fuera todo tipo de teorías conspiratorias, hemos comprobado que es posible que el mundo pare por completo durante 3 meses. En este caso, para resolver un problema de salud pública. Una solución que viene con un problema: un parón económico que afecta a la mayoría de sectores y por tanto, a muchas familias. Por esto, aquí detallo en varios puntos mi aprendizaje:
- Ahorrar hasta juntar lo necesario para llevar una vida de 1 año como la de ahora sin tener que trabajar.
Estar preparado para un evento sin precedentes también significa tener seguridad económica. El 2020 es la prueba de que una situación puede cambiar de un día a otro.
En septiembre del 2019 salió en Netflix el documental “Inside Bill’s Brain: Decoding Bill Gates” y en uno de los episodios menciona como estaba obsesionado por que su empresa tuviese solvencia para pagar a sus empleados por un año entero sin tener ni una sola venta.
En este caso, nosotros somos la empresa y los empleados, por lo que nuestros ahorros deben ser tal cantidad para pagar nuestros sueldos por un año sin tener una sola venta (empleo o negocio) por un año entero.
- Un negocio no es para toda la vida.
Mi actividad profesional principal antes del confinamiento era la de consultor de Revenue Management para hoteles y es una actividad basada al 100% en el turismo. ¿Adivinas qué ha pasado con el Covid-19?
Con las fronteras cerradas se cancelan los vuelos, se reduce al mínimo el traslado de pasajeros y con ellos los turistas, los hoteles cierran operaciones porque no son rentables puesto que no reciben ingresos, sin ingresos no pueden pagar a sus proveedores y aquí me encuentro. En el final de una cadena desastrosa en la que no hay manera de generar mayores ingresos que cualquiera de los competidores y en un nicho de mercado en el que el ingreso máximo que podría generar cualquier consultor es igual a cero. Sé que, eventualmente, esta situación cambiará y será una recuperación lenta.
Para mi, este es el mensaje más claro para saber que un negocio no es para toda la vida y se ha de estar preparado. La innovación es clave importante.
- Diversificar en ingresos
Al saber que no tendría ingresos de mi actividad económica principal, me propuse buscar nuevas formas de generarlos. Diversificar es la única manera de distribuir el riesgo en distintas actividades y si una va muy mal, el turismo en mi caso, hay otras en las que hay oportunidad: inversión en bolsa, venta de productos que sabes hacer en casa, clases de baile, cerámica, e-commerce, etc.
Como todo, hay una curva lenta de aprendizaje, el efecto positivo es que esa dependencia de un solo sector se va difuminando entre las otras y la seguridad de seguir haciendo ingresos, va en aumento.
En el plano personal y humano
Para conseguir todo lo anterior, es preciso comenzar con lo básico: el lado humano.
No todo es económico, aquí viene el punto más importante y que da sentido a nuestra existencia, reencontrarse y estar en paz con uno mismo, reconectar con nuestros seres queridos y apoyar a los proyectos en los que creemos y nos emocionan.
No será el gran descubrimiento, pero el ritmo de vida que llevamos nos hace olvidarnos de los siguientes puntos:
- Leer sobre los temas que más me gusta
Para comenzar, darme una hora de lectura diaria me ha hecho aprender mucho y abrir los horizontes de pensamiento. Esta vez practiqué una lectura a conciencia y fue muy fácil porque lo hacía sobre temas que me gustaban. No me importaba avanzar pocas páginas en el libro. Lo que encontraba más interesante era entender todo lo que leía, si venía un concepto novedoso del que no había escuchado, me iba a internet sin pensarlo para saber más de ello. Tenemos tantos recursos en internet que me era muy fácil encontrar estos temas y si había algún especialista que hablara del tema que buscaba en concreto, me gustaba ir a buscar conferencias suyas a Youtube, 15 o 20 minutros de investigación me daban un panorama general para seguir con mi lectura y entenderla como lo propone el autor.
Hacía mucho tiempo que no leía de esta manera, me hizo recordar que darme tiempo para aprender cosas que me gustan cambian mi humor del día entero.
- Escribir
Éste sí que ha sido mi gran descubrimiento. Antes de comenzar el confinamiento vi una masterclass de estrategia de negocios y liderazgo de Bob Iger. Entre las actividades que sugería estaba la de escribir todas las noches para recordar el día. Lo empecé a hacer durante nuestro viaje de luna de miel, con el resultado de que ahora recuerdo los 23 días del viaje y sé exactamente cómo me sentía en cada momento. Además de esto, escribir refuerza todo lo aprendido durante el día. Como un ejemplo, recuerdo el día que nos despertamos a las 5 de la mañana para hacer un tour por distintas islas del mar de Flores. Cuando eran las 11:30 de la mañana parecía que había vivido un día entero y me daba una felicidad enorme saber que aún quedaban muchas horas por disfrutar. El día entero fue un éxito, escribirlo me hizo darme cuenta que despertar temprano funcionaba para mí, hábito que he adoptado desde entonces.
- Desarrollar una educación de proyectos
Con el confinamiento y no poder ir a la calle a conseguir cosas para cubrir mis necesidades, no tenía de otra más que inventar soluciones por mi mismo con lo que tenía en casa.
Leer y escribir han hecho que relacione conceptos y genere ideas para solucionarlo, además cada vez que conseguía algo me daba aliento y motivación.
La educación que he tenido durante casi toda mi vida ha sido de profesores que me dieron la información digerida. Sabía que aprender los conceptos, procesos y sistemas que me enseñaban, haría que hiciera las cosas correctamente pero también no lo cuestionaba mucho. Las premisas de estas enseñanzas hacían sentido para mí y era práctico aprender rápidamente muchos años de estudio y experimentos sin tener que probarlo. Una de las bondades del conocimiento científico y del conocimiento adquirido.
Actuar de esta manera ha tenido pros y contras, ahora entiendo que la mejor forma de aprender es balancear la teoría con la práctica, la educación se ha de dar de estas dos formas. Proponer un proyecto y guiarlo con la teoría. Sin saberlo, se puede tener un mayor aprovechamiento de cualquier tema, puesto que se ha experimentado en persona, asimilado e interiorizado.
- Formar y fomentar hábitos
La economía del tiempo viene con el desarrollo de hábitos y a su vez, hace que una persona sea constante. Esto permite que dedique su tiempo a las cosas que más le interesen sin descuidar otros aspectos de la vida.
Durante el día a día surgen mil y un pendientes y parece que nunca acabarán.
El multitasking es de las ideas erradas de que somos más eficientes, tener un plan escrito en orden da tranquilidad de dedicarse a la actividad actual sin distracciones, ayuda a mantener la concentración en lo que se está realizando en el momento sin poner atención al resto de pendientes puesto que ya llegará el momento de hacerlos según el plan. Otro tema es saber priorizar los pendientes y la única forma de volverse un experto es a través de la práctica.
- Procurar amigos, familia y nuevas conexiones con los mismos intereses
El encerrón de tres meses pudo ser desesperante para algunos, beneficioso para otros o una mezcla de los dos. Hablar con los amigos y familia durante este tiempo generaba felicidad y ganas de ver a todos nuestros seres queridos. Tenemos la suerte de contar con grandes amigos durante estos 11 años en Barcelona y fuera de ella, sin duda, esa soledad desarrolla y potencia ese lado humano después de una videollamada. He apreciado reencontrarme con amigos y familia.
También en este tiempo de confinamiento comenzamos con el blog y la cuenta de instagram. Hemos conocido a gente del barrio y las historias de ellos. Personas como nosotros a los que nos gusta cuidar el planeta y que hacen más enriquecedora nuestra experiencia. Estas nuevas conexiones nos reafirman que sigamos con nuestras ganas y proyectos que vamos desarrollando.
- Apoyar la economía local
Quedar encerrado a órdenes de otros nos hace ver lo dependientes que nos hemos vuelto las personas de las grandes corporaciones y de los gobiernos, que en raras ocasiones se preocupan de verdad por el bienestar de los ciudadanos o muchas veces no de la manera que se adecúa mejor a las necesidades personales de cada uno, ya que todos somos muy distintos.
Como ciudadanos de un país tenemos derecho de cada 4-5 años elegir un representante gubernamental de nuestra ciudad, comunidad y todo el país, que muchas veces tenemos que decidirnos por un mal menor.
Sin embargo, como consumidores tenemos la oportunidad de ejercer nuestro voto en el tipo de sociedad queremos vivir, cada vez que salimos a la calle. Lo que compro, en qué cantidad y de quién lo compro, habla del tipo de sociedad y economía en la que quiero vivir. Después de ver lo que está pasando en esta crisis económica me refuerza la idea que las personas somos las que tenemos que apoyarnos mutuamente y amplificar nuestra solvencia económica entre todos creando un tejido social cada vez más fuerte.
Esto nos ha reforzado aún más que ir a nuestras tiendas a granel de confianza, mercados de agricultores, fruterías, tiendas de café y charcutería de barrio son el camino y no sólo porque al comprar en éstas generamos menos residuos, sino también porque estamos invirtiendo directamente en la economía de personas y familias tal como nosotros.